Durante más de 30 años, he tenido el privilegio de cuidar y acompañar a personas en sus momentos más vulnerables. Esta no es solo mi profesión, es mi vocación y mi mayor aprendizaje. He comprendido que el verdadero cuidado no se basa únicamente en técnicas o rutinas, sino en estar presente con compasión, paciencia y profundo respeto por la dignidad humana. Cada historia, cada mirada y cada silencio me han enseñado algo valioso, y es ese aprendizaje el que deseo compartir con quienes también han elegido este camino de servicio.

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Este espacio nace de mi deseo sincero de ofrecer no solo herramientas prácticas, sino también inspiración, compañía y fortaleza emocional. Ya seas cuidador, familiar o simplemente alguien que desea aprender a cuidar con amor y conciencia, aquí encontrarás un lugar seguro donde sentirte acompañado. Mi misión es apoyarte, motivarte y recordarte que no estás solo. Porque cuidar también es construir comunidad, es tender la mano y aprender a sostener con el corazón.